El barrio de Legazpi está situado al sureste del distrito de Arganzuela configurándose en torno al “pico” que rodea al sur la autopista de circunvalación M-30. Debe su nombre, -como ya explicamos en el capítulo anterior en relación a la Plaza de Legazpi-, al conquistador vasco Miguel López de Legazpi. Su territorio está delimitado por las calle del Vado de Santa Catalina, la calle de Bolívar, la calle del Bronce, el límite norte del Parque de Enrique Tierno Galván y la Avenida del Planetario al norte; la calle de Méndez Álvaro al este; la autopista de circunvalación M-30 al sureste y el Río Manzanares y la propia M-30 al sureste.
El barrio de Legazpi fue una zona rural hasta casi el final del siglo XIX, momento en el que con la construcción de la Estación de Delicias -actualmente preservada como Museo del Ferrocarril-, la zona se fue llenando de fábricas y almacenes. La zona aledaña al río estuvo ocupada por huertas hasta 1970 y por una barriada que también desapareció con la construcción de la M-30. Desde los años treinta hasta los años ochenta del siglo XX estuvo en el barrio el Mercado Central de frutas y verduras, una instalación que, junto con el Matadero del vecino barrio de La Chopera, convirtió a esta zona sur de la ciudad como la principal despensa de la toda la ciudad. Este mercado desapareció en los años ochenta al construirse un poco más al sur la sede de Mercamadrid. Igual que ocurre en prácticamente todos los barrios del distrito de Arganzuela, toda la zona se reconvirtió desde usos industriales a usos residenciales a los largo de la segunda parte del siglo XX.
Una parte importante del barrio lo ocupa de Parque de Enrique Tierno Galván que fue construido sobre los terrenos del antiguo Cerro de la Plata en 1986. Cerca de 26 mil personas viven en el barrio de Legazpi.
El recorrido por el barrio de Legazpi comenzó en la Plaza de la Beata María Ana de Jesús, el lugar donde terminamos el capítulo anterior. Bajando por la calle de Embajadores y a la altura de su cruce por la Avenida del Planetario encontramos la Parroquia de los Santos Inocentes. Se trata de una iglesia de construcción moderna y, por tanto, ajena a los cánones clásicos en lo que respecta a su planta, que no es de cruz latina ni de cruz griega: es un templo circular, aunque con salientes en los costados para las salas auxiliares. Parece ser que hay un proyecto para ampliar el templo en altura. Los domingos a las 11.30 hay misa para niños y los primeros domingos de cada mes se realiza una bendición de embarazadas.
Andando un poquito más hacia el sur por la calle de Embajadores y cambiándonos de acera llegamos al Centro Deportivo Municipal Circuito BMX. Estamos ante un edificio parecido a un polideportivo que, en realidad, es un monodeportivo, ya que el único deporte que se puede practicar es el BMX. La pista, inaugurada en 2010 tras la inversión de unos 4 millones de euros fue cerrada el 1 de julio de 2017 para realizar unas obras de reacondicionamiento y mejoras, sin embargo, no comenzaron a realzarse estas obras hasta el mes de octubre ante el estupor de los amantes de este deporte, que hicieron la presión necesaria para que se aceleraran los trabajos y pudiera reabrirse el complejo.
Este centro no es un centro cualquiera, es la pista de BMX más grande de Europa y sirve para entrenamiento de los profesionales que tenemos en nuestro país y que aspiran a ir a las Olimpiadas de Tokio en 2020. La construcción se llevó a cabo sobre un descampado que era propiedad del Ayuntamiento y que venía siendo utilizado como aparcamiento ilegal. La pista tiene 8 carriles, cuestas, curvas y todo lo que necesitan los practicantes del BMX. También hay vestuarios, oficinas, control de acceso y un pequeño graderío para 800 personas que se podría ampliar hasta casi duplicar este número. Está previsto que el Ayuntamiento ceda la gestión del complejo a la Federación Madrileña de Ciclismo para que pueda usarse para organizar torneos regionales, nacionales e incluso internacionales. Actualmente, pude comprobar que ya está en marcha una escuela para introducir en este deporte a los más jóvenes.
Cruzando la calle de Embajadores y tomando la calle de Puerto Serrano llegamos hasta una de las entradas del Parque de Enrique Tierno Galván, del que ya no saldremos en todo lo que resta de este capítulo. Estamos hablando de un parque urbano de un tamaño considerable en relación con el barrio del que estamos hablando, y el barrio de Legazpi es uno de los más grandes de todo el distrito de Arganzuela. Tiene un total de 45 hectáreas. Recibe su nombre de Enrique Tierno Galván que fue el alcalde bajo el mandato de quien, en 1986, comenzó su construcción.
Como parque de considerable tamaño, cuenta en su interior con varios ambientes y paisajes, además de importantes edificios como el antiguo cine del sistema IMAX, un teatro al aire libre y el planetario de la ciudad. Está situado en un cerro que antiguamente recibía el nombre de Cerro de la Plata, según parece por contraposición a la carbonilla que salía procedente de las locomotoras de los trenes de vapor que salían y entraban en las estaciones circundantes de Atocha y Delicias.
En el parque, además de paseos entre árboles y pájaros, se pueden encontrar otros entretenimientos como un carril bici, pistas de voleibol, zonas de juegos infantiles y hasta un pequeño campo de minigolf.
De todas las zonas que ofrece el parque la primera que visité fueron las lagunas. Están ubicadas junto al trazado de la M-30 y son un total de cuatro estanques artificiales que cuentan cada uno con un elegante chorro de agua. Además, estos cuatro estanques forman un todo ya que están unidos entre sí por medio de unas pequeñas cascadas. Todo el espacio está rodeado de césped y árboles, lo que convierte a este lugar en un sitio idóneo para pasar tiempo con la familia, tomando el sol y descansando, aunque desconozco si está permitido hacer picnics. En las lagunas es habitual la práctica del modelismo naval.
Las lagunas están en la parte de abajo del parque, pero éste cuenta también con una parte alta, la del antiguo Cerro de la Plata, en la que hay dos o tres puntos establecidos como miradores, ya que disponen de tomavistas, en los que podemos divisar desde lo alto toda la parte Sureste de Madrid transcircunvalación (neologismo, jajaja).
En esta parte alta se suele ver mucha gente entrenando, corriendo y haciendo estiramientos con la ayuda de los árboles que hay allí, -y que no se mueven-, que son principalmente coníferas, álamo, algún enebro y algunas moreras.
Aprovechando el declive del terreno por el otro lado, es decir, por la ladera noroeste del cerro, se construyó un auditorio al aire libre al más puro estilo de un teatro griego. Este Epidauro madrileño, teatro que no anfiteatro como veo escrito aquí y allí -recordemos que un anfiteatro es un edificio cerrado, pues se forma al oponer dos teatros uno frente a otro, de ahí el nombre-, tiene unas gradas de hormigón coronadas por el verdor del césped bien cuidado que dan una capacidad de 5.000 personas. No se ha utilizado mucho, pero si se han realizado allí eventos ocasionalmente y festivales como el Brunch in the Park, así como para la realización de actos políticos y de otro tipo.
Después del teatro y dirigiéndome hacia el sur este, hacia la calle de Méndez Álvaro, me encontré con el viejo cine IMAX, un edificio que llama la atención de cualquier por su aspecto modernista y atractivo. IMAX es un acrónimo de las palabras inglesas image y maximum que denomina a un formato de cinta de video y estándar de proyección cinematográfica que fue creado por la compañía canadiense IMAX Corporation. Su característica principal es que ofrece imágenes de mucho más tamaño y resolución que los sistemas de reproducción convencionales.
En el caso del Cine IMAX de Madrid hay que decir que lleva cerrado desde 2014 debido a la caída en picado de espectadores, caso que ha acontecido también en la sala de Barcelona. De todos los cines con esta tecnología que se instalaron en España solamente quedan dos salas, una ubicada en Leganés y otra en Palma de Mallorca. Una de las causas de que la tecnología IMAX esté decayendo en todo el mundo es que no ha habido ningún avance tecnológico en los proyectores, cosa que si se ha producido con otro tipo de representaciones cinematográficas más convencionales. En otros países la tecnología IMAX tiene mejores cifras de espectadores y de beneficios, particularmente en China, pero en general y a nivel mundial, IMAX está dejando de dar un beneficio que nunca logró obtener en España.
El futuro del edificio del cine IMAX del Parque de Enrique Tierno Galván está en el aire. Se han pensado en algunos usos para él, principalmente el de un espacio polivalente para celebrar eventos para empresas o conciertos.
Volviendo a las entrañas del parque y caminando en dirección noreste llegamos quizá al edificio más paradigmático del Parque de Enrique Tierno Galván: el Planetario de Madrid. Tanto es así que muchos conocen al parque como Parque del Planetario. Y nada es más característico que ese iglú gigante de blanco radiante a los ojos de madrileños y visitantes.
El Planetario de Madrid es obra del arquitecto Salvador Pérez Arroyo. Ofrece sesiones individuales y grupales sobre aspectos de divulgación de la astronomía. El Planetario fue inaugurado en 1986, por lo que tiene la misma antigüedad que el propio parque en el que está inscrito. Tiene varias salas dedicadas a la astronomía, siendo la sala principal la sala esférica que es utilizada para la proyección de las estrellas en su techo abovedado y que vemos por fuera con forma de gran iglú blanco.
Además, el Planetario ofrece a sus visitantes diferentes exposiciones de contenido científico. Por lo que sé, el acceso es gratuito, lo que implica que el visitante puede recorrer con total libertad las exposiciones de imágenes astronómicas y las maquetas que allí se muestran durante el horario en el que está abierto.
Durante los años 2016 y 2017 fue renovado y actualizado gracias a un compromiso entre el Ayuntamiento y la Obra Social “La Caixa”. La sala principal tiene un techo semiesférico de 17,5 metros de diámetro que sirve de pantalla para el proyector de estrellas y una capacidad para 245 personas en su interior. Además, hay una torre de 28 metros de altura con una cúpula de 3 metros de diámetro donde se sitúa un telescopio de 150mm de abertura y una distancia focal de 2.25 metros.
Y con estos datos técnicos terminamos aquí este capítulo dedicado al barrio de Legazpi. Un barrio dominado por un parque con muchos atractivos y muchos usos. Un barrio grande y diferente, el final de muchas cosas y el principio de alguna otra como el Parque Lineal del Manzanares.
En el siguiente capítulo visitaremos el barrio de Delicias y dentro de él el Museo del Ferrocarril, situado en la antigua Estación de Delicias, la sede de REPSOL en la calle de Méndez Álvaro, la sede del ICAE (Intervención Central de Armas y Explosivos) y el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, entre otros sitios.
Todas las fotos del recorrido fotográfico por el barrio de Legazpi:
Todos los días una nueva foto en color del proyecto en Instagram. JMPhotographia en las redes sociales: