[Cap. 44] Conociendo mi ciudad: Nueva España (Chamartín)

Una vez conocido el barrio de Hispanoamérica, vamos a adentrarnos ahora en el barrio de Nueva España. Este barrio limita al sur con las calles de Alberto Alcocer y de Costa Rica; al norte con las calles de Mateo Inurria y de Caídos de la División Azul; al oeste por el Paseo de la Castellana y al este por la autopista M-30, que yo nunca llamo Avenida de la Paz, pero que resulta que tiene este nombre.

Dentro del distrito de Chamartín, seguramente el barrio de Nueva España está entre los primeros que la gente con alto poder adquisitivo elige para tener allí su residencia. Históricamente, en este barrio, han vivido personajes como Florentino Pérez, el político popular Pío García Escudero, y vivieron poetas como Dámaso Alonso y Gloria Fuertes.

Nueva España es un barrio eminentemente residencial, de calles tranquilas donde tienen presencia algunas embajadas y secciones consulares. Por extensión, es el segundo barrio más grande del distrito, un poco por encima de Hispanoamérica y un poco más por debajo de Castilla. Tiene una población de poco más de 24 mil habitantes. Y combinados ambos datos obtenemos una densidad poblacional de 137 habitantes por hectárea.

Empezamos nuestro recorrido en la Plaza de Cuzco, que es donde nos habíamos quedado al terminar el capítulo anterior dedicado al barrio de Hispanoamérica. Avanzando en dirección oeste por la Avenida de Alberto Alcocer y tras pasar la calle del Doctor Fleming, -que queda a nuestra izquierda-, llegamos a un espacio abierto, un parque, en el que hay una iglesia “de esas modernas”, jajajaja y una terraza de esas para el buen tiempo. La Parroquia de San Fernando fue inaugurada en 1973 bajo planos del arquitecto Luis Cubillo de Arteaga, aunque hay por ahí lugares que adjudican este edificio a Emilio Chinarro.

Parroquia de San Fernando - ©JMPhotographia

Lo más característico de esta iglesia es su techumbre de albergue suizo inclinada en la cual, hasta hace unos años, sobresalía una palmera que, obviamente, estaba plantada en el interior del templo. Actualmente, ya no existe esa palmera, pero si podemos ver el espacio o ventana de techo por la que sobresalía. Podéis ver una foto del 2016 en la sección de fotos del recorrido que siempre hay más abajo.

La calle de Henri Dunant nos conduce, siempre hacia el oeste, hasta la primera de las glorietas de nuestro recorrido. La Plaza del Presidente Cárdenas. Pero antes de llegar, tenemos que hacer un alto en el camino para visitar la casa donde vivió y trabajó Menéndez Pidal, que ahora acoge a la fundación que lleva su nombre, y al olivar anejo a la casa, llamado “de Castillejo”, que también acoge otra fundación. Ramón Menéndez Pidal (1869-1968) fue un filólogo, historiador y especialista en folklore y la Edad Media considerado el creador de la escuela filológica española.

La Fundación Menéndez Pidal tiene su sede en la casa en la que vivió el propio filólogo. Es una institución privada cuyo objetivo es continuar con los trabajos de Ramón Menéndez Pidal, especialmente en el campo de la Historia de la Lengua Española, la filología románica, la dialectología hispánica, la literatura y la historiografía medieval, las letras del siglo de oro, el romancero hispánico y la balada europea, la lírica popular, la edición y estudio de textos y la historia cultural española.

La casa de Menéndez Pidal se construyó en 1925 y estuvo ubicada en la Cuesta del Zarzal de Olivar de la Rosa número 23, aunque hoy esa calle recibe el nombre de Menéndez Pidal. La casa fue donada a la fundación con Jimena Menéndez Pidal y pudo convertirse en su sede gracias a la intervención de la Fundación Areces, ya que esta fundación compró y acondicionó la casa para convertirse en sede de la fundación que lleva su nombre. En mayo de 1984 la Fundación Areces concedió la ocupación y uso a la Fundación Menéndez Pidal con el compromiso de conservar todos sus fondos, instalaciones y bibliotecas de la casa y de continuar desarrollando actividades de investigación histórica y filológica. La Fundación fue oficialmente inaugurada en noviembre de 1985, acto al que acudió la Reina Sofía y el por aquel entonces ministro de cultura Javier Solana.

Justo al lado está la Fundación Olivar de Castillejo. ¿Pero qué es el Olivar de Castillejo? Se trata de un rincón verde en plena ciudad, una isla de naturaleza rodeada de edificios que conserva más de un centenar de viejos olivos centenarios y otros árboles como almendros, granados, adelfas, madroños, jaras, retamas o romeros. El Olivar de Castillejo es un parque privado gestionado por la Fundación Olivar de Castillejo.

Fundación Olivar de Castillejo - ©JMPhotographia

Este olivar fue adquirido por José Castillejo Duarte en 1917 y fue conocido por aquel entonces por convertirse en un lugar de reunión de muchos intelectuales de la época, de la llamada “Edad de Plata de la cultura española”, período que va desde la Revolución Gloriosa de 1868 hasta el inicio de la Guerra Civil en 1936. El olivar puede visitarse todos los veranos, ya que es la época en la que abre sus puertas al público y en la que se organizan cenas y conciertos.

La Plaza del Presidente Cárdenas fue inaugurada con este nombre en 1985 con la presencia del entonces presidente de la República Mexicana, Miguel de la Madrid. Este hecho tiene su explicación porque el presidente Cárdenas al que le rinde homenaje la plaza fue presidente de la México entre 1934 y 1940. Su nombre fue Lázaro Cárdenas, y tiene en la plaza una estatua en bronce obra del escultor mexicano Julián Martínez, costeada por los exiliados españoles en México.

Madrid pagó tributo a este presidente mexicano por su generosidad al recibir con puertas abiertas a los exiliados españoles que huyeron tras la victoria de Franco. Esta rotonda conecta la calle de Henri Dunant con el inicio de la calle de Alfonso XIII y es atravesada longitudinalmente por el Paseo de la Habana, y acuden también a la rotonda las calles de Fray Bernardino Sahagún y de Víctor Andrés Belaúnde.

Tras dejar esta glorieta tomamos una calle que ya es vieja conocida, -bueno, realmente vieja lo que se dice vieja no, sino del capítulo anterior-, que es la de Víctor Andrés Belaúnde, que nos lleva en dirección sur de nuevo hasta la Avenida de Alberto Alcocer. Andando un poco más hacia el oeste llegamos a la Plaza de la República Dominicana. Esta glorieta es el punto donde se cruzan la avenida de Alberto Alcocer -que al otro lado se llama calle de Costa Rica- y la calle de Príncipe de Vergara.

Esta plaza es tristemente famosa por un atentado que perpetró la banda terrorista ETA contra un convoy de la Guardia Civil en julio de 1986. Fueron asesinadas en el ataque 12 personas, todos agentes de la Guardia Civil, estudiantes de la escuela de tráfico, resultando heridas un total de otras 60 personas. Entre los participantes del atentado se contaban dirigentes importantes de la banda criminal como Antonio Troitiño o Iñaki de Juana Chaos.

El blanco de los terroristas era un convoy con 70 agentes compuesto por un autobús, un microbús y un todoterreno que diariamente salía de la mentada escuela de tráfico en dirección a la Venta de la Rubia, en las afueras de la ciudad, donde se realizaban las prácticas de conducción en motocicleta. Aquel día se toparon con una furgoneta cargada con 35 kilos de Goma-2 con cantidades altas de metralla introducidas en cinco ollas a presión. La explosión alcanzó al autobús, el vehículo con mayor presencia humana, en el que murieron en el acto 4 guardias civiles y resultaron heridos otros 43 agentes. 17 civiles que paseaban por la calle o esperaban el autobús también fueron alcanzados. 8 agentes murieron poco después en el Hospital Universitario La Paz.

Plaza de la República Dominicana - ©JMPhotographia

Pero dejemos ya estos malos recuerdos. Como ya hemos dicho, a partir de la Plaza de la República Dominicana la Avenida de Alberto Alcocer se transforma en la calle de Costa Rica. Esta calle se convierte, -ya pasada la M-30 y la calle de Arturo Soria, en el distrito de Ciudad Lineal-, en la Gran Vía de Hortaleza, pero antes de todo eso conduce a otra nueva plaza, la tercera de este capítulo. La Plaza de José María Soler está situada en la confluencia de las calles de Costa Rica y de Alfonso XIII, que comienza como una vía paralela a la calle de Costa Rica pero gira hacia la derecha para convertirse en un eje longitudinal, es decir, en sentido norte-sur. Recordad que es una calle que ya conocemos de nuestro paseo por el barrio de Hispanoamérica. La plaza, que antes se llamaba Plaza de las Peonías, lleva desde el año de su muerte, el nombre de José María Soler y Díaz-Guijaro (1905-1963), abogado que fue en la última etapa de su vida Primer Teniente de Alcalde de Madrid que dirigió las obras de restauración de la Plaza Mayor.

En la Plaza cambiamos nuestra dirección y nos dirigimos hacia el norte por la calle de Federico Salmón. En esta calle, y pegado a la glorieta, encontramos el Jardín de Miguel Ángel Blanco. Estamos hablando de una zona verde de unos 3 mil metros cuadrados nombrada en memoria del concejal de Ermua asesinado, otra vez más, por la banda terrorista ETA en 1997 tras un secuestro que duró dos días y tuvo en vilo a toda la sociedad española. El Ayuntamiento lo acordó en pleno en julio de 2012 y todo se llevó a término en julio de 2014. Dentro del jardín hay un busto de Miguel Ángel Blanco que es obra de la escultura navarra Diana García Roy.

Jardín de Miguel Ángel Blanco - ©JMPhotographia

Pegado al Jardín de Miguel Ángel Blanco, pero un poco más hacia el norte, aparece el Club de Tenis Chamartín que, a nuestros ojos, debido al tráfico de entrada y de salida de camiones y automóviles, parece la Gran Vía o cualquier otra arteria ajetreada. No es así, es sólo un club de tenis, un centro deportivo y de ocio que cuenta con 23 pistas de tenis -8 de ellas cubiertas- y 9 de pádel, además de una piscina semi-olímpica climatizada y otra de verano, un gimnasio y centro de fitness, salones sociales, spa, restaurante, cafetería, tienda deportiva, aparcamiento propio, etc. donde todo el mundo puede aprender a jugar al tenis y participar en diversos torneos regionales, nacionales e internacionales como representante del club.

La calle de Federico Salmón termina hacia el norte en un callejón sin salida, -al menos para automóviles-, del que sólo se puede salir a pie entre los pisos por la izquierda y haciendo uso de una pasarela peatonal que cruza la M-30 hacia la calle de Arturo Soria. Pasarela y yo somos amores inseparables, por lo que allí me dirigí para inmortalizar el paisaje abierto que siempre ofrece la M-30.

Vista hacia el norte desde la pasarela sobre la M-30 - ©JMPhotographia

Pero como no puedo ir por ese lugar, pues se sale de los propósitos de este capítulo, tuve que volver sobre mis pasos y dirigirme hacia el este entre los pisos. Desde la propia pasarela pude divisar algo inusitado: una pista de hockey. La verdad es que no conozco ninguna otra pista para practicar ese deporte en ningún otro lado. Cuando yo pasé había una persona cargada con su stick y su bola, correteando con toda la parafernalia que requiere este deporte.

La calle de Dracena nos permite ahora adentrarnos en la parte central del barrio y particularmente en una zona de casas bajas recorrida por varias calles muy tranquilas. Yo tomé la calle del Maestro Lasalle primero y de las Encinas después, gracias a la cual llegué a la calle de Alfonso XIII. Esta calle termina en la Plaza del Presidente Cárdenas, pero antes pasa por la Plaza del Perú, situada donde la Avenida de Pio XII se transforma en la calle del Príncipe de Vergara.

En la Avenida de Pio XII y siempre en dirección norte, hay varias cosas que ver. En primer lugar, el Jardín de Gloria Fuertes. Este es un jardín curioso porque, en realidad, está partido, ya que una parte de él está junto a la fachada sur del polideportivo Forus Chamartín y otra parte de él está junto a la fachada norte del mismo polideportivo. La parte sur está cerrada por una verja y una puerta mientras que la parte norte es un espacio totalmente abierto. Recibe el nombre de la poetisa Gloria Fuertes, que fue, como ya dijimos, vecina del barrio, quien dejó escrito un poema titulado precisamente, “En mi jardín” que comienza así: 

Sobre el césped los árboles me hablan
del divino poema del silencio.
La noche me sorprende sin sonrisas,
revolviendo en mi alma los recuerdos.

Forus Chamartín es el Centro Deportivo Municipal de Chamartin, un centro de titularidad pública pero de gestión privada. Es el conocidísimo polideportivo de la Plaza del Perú, o así lo hemos llamado toda la vida, cuando soñábamos poder jugar ahí algún partido siendo niños, ya que significaba que estabas jugando Interdistritos.

Forus Chamartín - ©JMPhotographia

La gestión por parte de una empresa privada ha tenido su polémica, concentrada sobre todo en el hecho de que para ingresar más dinero por clases de natación se decidió compartimentar las calles de la piscina en sentido transversal para que hubiera más calles y, por tanto, más clases y más dinero. La piscina olímpica, que fue desde siempre lo que más destacaba del polideportivo, cerró en 2010 y no volvió a abrir hasta dos años más tarde. Entre medias, el polideportivo, construido en 1978 y con más de 5 mil metros cuadrados de extensión, fue completamente rehabilitado tras tres décadas de uso y deterioro de sus estructuras. Esta rehabilitación trajo una novedad, el polideportivo de Chamartín se convirtió en el primer centro deportivo municipal ya existente de gestión privada, hecho que motivó una huelga y un encierro sindical. La empresa Carpa ganó un concurso municipal ofreciendo mucho más de lo que pedía el Ayuntamiento, pero comprometiéndose a mantener los precios que dictara el propio consistorio, y creando la marca comercial Forus.

Un poco más al norte está el Hipermercado Alcampo que, seguramente para vosotros no es nada especial, pero para mí son recuerdos. Este Alcampo fue antes el mítico Jumbo de Pío XII, el primer hipermercado que abrió en Madrid, concretamente el 19 de junio de 1975. Hasta esa fecha, los madrileños no sabían lo que era un hiper ni lo que significaba para las familias. Fue la empresa portuguesa Pan de Azúcar la que se embarcó en esta nueva aventura comprando los terrenos donde su ubicaban los estudios de cine Sevilla Films. En ese mismo lugar, en 1958, el actor Tyrone Power murió de un ataque al corazón en el rodaje de Salomón y la reina de Saba. Se eligió para el establecimiento, -no me preguntéis por qué-, el nombre de la mamá de Dumbo, y por eso el logo del Jumbo era precisamente un elefante.

Con el tiempo, después del caos inicial, y debido a la zona de la ciudad en la que estaba, Jumbo se convirtió en lo que llamaron “El hiper de los yuppies”, y podía encontrarse uno con personajes famosos. Por cierto, aquí, en Jumbo, es donde todo el mundo tuvo que aprender a conducirse con los famosos carritos de la compra que ahora son tan usuales. Y otra cosa más, para los más melómanos, en este hipermercado rodó Alaska en 1980 el videoclip de su famosa canción “Horror en el hipermercado”. Desde 1996 pertenece al grupo Auchan y es un Alcampo.

Frente al Alcampo hay un modesto -en tamaño, no en calidad- hotel de cuatro estrellas: el Hotel Don Pío. Este hotel cuenta con 23 habitaciones de tres tipos: estándar, triple y cuádruple, con suelo de parqué, bañera con ducha, prensa diaria, bidet, televisión, teléfono y otras muchas comodidades, y cuenta con aparcamiento propio, sala de reuniones, restaurante y gimnasio.

Siguiendo hacia el norte, y tras una subida y bajada en la elevación de la calle de Pío XII, llegamos a una especie de glorieta sin nombre en la que giramos a nuestra izquierda para tomar la calle de los Caídos de la División Azul que, francamente, ahora mismo no sé si se sigue llamando así. Esta calle, hacia el oeste, nos acerca al Palacete de los Duques de Pastrana.

Palacete de los Duques de Pastrana - ©JMPhotographia

Este palacete o palacio, también llamado Palacio Guilhou, fue construido en el siglo XIX y declarado bien de interés cultural en 1979. Actualmente pertenece a la Fundación ONCE y suele ser utilizado para la realización de bodas y otros eventos y actos. El actual palacio fue mandado construir por el financiero francés Louis Guilhoy Rives tras comprar los terrenos que ocupaba el palacio de los Duques de Pastrana en la por entonces localidad de Chamartín de la Rosa.

Como contamos en el primer capítulo de introducción al distrito de Chamartín, algunos eruditos, como nuestro Menéndez Pidal, dicen que Napoleón estuvo aposentado en este palacio durante su corta estancia en Madrid durante la Guerra de la Independencia. Se argumenta que Napoleón no las tenía todas consigo en la guerra contra los españoles y no quiso quedarse en un lugar más prominente para que su presencia pasara más desapercibida.

En cuanto al edificio se refiere, dicen que tiene una clara influencia francesa, destacando su elegante fachada rectangular con porche de columnas y sus jardines de forma trapezoidal. El palacete tiene un cuerpo rectangular principal con dos cuerpos laterales sobresalientes. Todo el edificio está coronado por cuatro torres. Actualmente destaca su color amarillo.

Justo tras pasar el palacete está el final del Paseo de la Habana, que tomamos para dirigirnos al sur. No hace falta andar casi nada para llegar a un espacio mixto, -residencial y otra cosa-, que recibe el nombre de Complejo Duques de Pastrana y que, en realidad, forma un conjunto también con el palacete. En este complejo podemos encontrar otras dependencias como la llamada Nube de Pastrana, un espacio polivalente con un “cielo” móvil de más de 600 metros de tela blanca adaptable para cualquier tipo de evento, presentación o banquete y con una capacidad portentosa para 1000 personas; un auditorio o gran salón de actos en los que pueden congregarse hasta 486 personas y que dispone de cabinas de traducción simultánea y cabina de control; y hasta 10 salas ejecutivas con capacidades desde 80 hasta 150 personas, totalmente equipadas y acondicionadas con todo tipo de servicios.

Tomamos la calle de Francisco Suárez, que queda a nuestra izquierda, para dirigirnos en dirección oeste hacia el Colegio Mayor Juan Luis Vives. Este colegio mayor pertenece a la Universidad Autónoma de Madrid y acoge a estudiantes y profesores procedentes de dentro y de fuera de España, y tiene la gran ventaja de su ubicación, ya que está muy cerca de la Plaza de Castilla, donde hay un intercambiador de transportes y no lejos de la Estación de Chamartín.

Colegio Mayor Universitario Juan Luis Vives - ©JMPhotographia

Es un centro universitario mitad público y mitad laico que abrió sus puertas por primera vez en 1951 para acoger estudiantes de educación primaria y que se convirtió en colegio mayor en la segunda mitad de la década de los sesenta. Desde 1991 forma parte del Servicio de Alojamiento de la Universidad Autónoma de Madrid.

La calle de la Bendición de Campos nos ayuda a llegar, hacia el sur, a la Plaza de la Madre Molas, donde se alza el Colegio de Nuestra Señora de la Consolación. Éste es un centro con servicios de educación infantil, primaria, secundaria obligatoria y bachillerato cuya titularidad corresponde a la Congregación de Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación. Es, por tanto, un colegio católico que sigue los principio pedagógicos de María Rosa Molas, personaje que da nombre a la plaza en la que está el propio colegio.

Colegio de Nuestra Señora de la Consolación - ©JMPhotographia

Las calles de Félix Boix, de Juan Ramón Jiménez y de Carlos Maurrás nos sirven para llegar al Paseo de la Castellana, muy cerca ya de la Plaza de Castilla, que será el final de este capítulo. Justo en la calle de Carlos Maurrás ya podemos ver un gran edificio bastante reciente que recibe el nombre de Castellana 200. En el solar donde se levanta Castellano 200 hubo anteriormente un edificio de viviendas que se conocía popularmente como “Las casas de los Americanos”, por ser el lugar de residencia de muchas familias estadounidenses relacionadas directamente con la Base Aérea Conjunta de Torrejón de Ardoz.

Castellana 200 - ©JMPhotographia

Castellana 200, que se puso en marcha en 2006, es un complejo formado por dos edificios de oficinas con una superficie total alquilable de más de 20 mil metros cuadrados ocupados casi totalmente por empresas nacionales e internacionales. Contiene además un centro comercial de 6.500 metros cuadrados de superficie y un aparcamiento con capacidad para más de 800 vehículos. La idea del promotor, la empresa Reyal Urbis, era tener también allí un hotel, pero hasta la fecha este proyecto está inacabado por problemas financieros que devinieron en la paralización de las obras en 2009. Un año después los acreedores de la compañía entraron en un proceso de refinanciación de la deuda que volvió a activar el proyecto. En 2014 los bancos propietarios, el Sabadell, la Sareb, el Santander y el BBVA, pusieron a la venta el complejo y éste fue comprado por el fondo de pensiones de las fuerzas aéreas canadienses, PSP y Drago Capital por unos 144 millones de euros. Hace nada, unos pocos meses, el nuevo propietario del inmueble es la compañía de seguros Allianz, que ha desembolsado 250 millones de euros.

Junto a la Plaza de Castilla, evidentemente en el lado en el que está el barrio de Nueva España, hay un gran parque que recibe el nombre de Parque del Cuarto Depósito. Este parque fue inaugurado en 2004 en los alrededores del Cuarto Depósito del Canal de Isabel II, que ojo, y esto es muy importante, también recibe el nombre de Segundo Depósito Elevado, por ser el segundo depósito elevado que se construyó en la ciudad.

Torres KIO desde el Parque del Cuarto Depósito - ©JMPhotographia

El parque tiene unos 45 mil metros cuadrados y cuenta con estanques, animadas praderas donde los jóvenes suelen jugar al fútbol, unas elegantes pérgolas que sirven de refugio contra el sol y el calor, un laberinto de agua y una modesta rosaleda. Por si fuera poco todo esto y la tranquilidad que se vive en este parque, el paisaje que uno tiene allí es bastante llamativo, pues destacan sobremanera los rascacielos de la propia Plaza de Castilla, las inclinadas Torres Kio; y los rascacielos del CTBA, muchos más altos todavía.

En cuanto al depósito elevado, está construido en hormigón y se puso en funcionamiento en octubre de 1945, aunque no se inauguró de forma oficial hasta julio de 1952, el mismo año en el que cesó su funcionamiento el Primer Depósito elevado situado en la calle de Santa Engracia.

Justo frente al parque, y al sur de la glorieta que aquí llamamos Plaza de Castilla, está el Monumento a Calvo Sotelo. Hoy en día este monumento, y más particularmente su curioso remate en forma de tronco piramidal, está tan asociado a la Plaza Castilla que se lo ha echado mucho de menos cuando no ha estado en tiempos recientes. El monumento fue el resultado de un concurso convocado en 1955 por la Diputación Provincial de Madrid para rendir homenaje al político gallego José Calvo Sotelo (1893-1936), asesinado el 13 de julio de 1936, tan sólo cinco días antes del inicio de la Guerra Civil. Es, por tanto, un monumento franquista, y como tal siempre estará expuesto a la Ley de Memoria Histórica.

Torres KIO y Monumento a Calvo Sotelo - ©JMPhotographia

Al concurso de ideas se presentaron 13 proyectos, siendo finalmente el elegido aquel que firmaron el arquitecto Manuel Manzano Monís y el escultor Carlos Ferreira de la Torre. El monumento está construido con piedra de Colmenar sobre un núcleo de hormigón y consta de cinco partes, el remate en forma de tronco piramidal, la escultura de Calvo Sotelo, dos bajorrelieves laterales y un pequeño estanque con cascadas.

En su origen, -y los que son lo suficientemente mayores lo recordarán-, el monumento estaba en el centro de la Plaza de Castilla, enmarcado por un fondo de chopos, pero a principios de los 90 todo fue desmontado y restaurado y llevado a uno de los espacios exteriores, concretamente hacia el sur de la plaza, dejando el espacio central para la instalación del Obelisco de la Caja o de Calatrava y el espacio exterior norte para la instalación de un intercambiador de transportes, construcciones de las que hablaremos en el siguiente capítulo.

Y ya casi hemos terminado este capítulo. Sólo nos queda volver a cruzar la acera hacia el este y acercarnos a la puerta de la Fundación Canal. Hay que advertir al lector que hay dos edificios de la Fundación Canal, uno grande que siempre alberga exposiciones de pago y otro más modesto, situado en el número 2 de la calle de Mateo Inurria, pegado a la Plaza de Castilla, en el mismo edificio que sirve de sede administrativa para la Fundación, que es sede de exposiciones gratuitas desarrolladas en el sótano y que siempre tienen que ver con grandas figuras de las disciplinas artísticas plásticas, esto es, la escultura, la pintura, el dibujo y la fotografía.

Fundación Canal - ©JMPhotographia

La Fundación Canal dio comienzo a sus actividades en 2001 con el objetivo de sensibilizar a la sociedad en la defensa del medioambiente y del agua, organizando para ello actividades artísticas, culturales, históricas, científicas y de investigación aplicada. Gracias a sus dos salas de exhibición organiza actividades de interés general, sobre todo exposiciones, pero también conferencias, conciertos, foros de debate, etc.

Hasta aquí nuestro paseo por el barrio de Nueva España. Es un barrio de un tamaño similar al de Hispanoamérica en el que nos hemos detenido en varios sitios: parques, hoteles, en el primer hipermercado de la ciudad, un club de tenis, monumentos, colegios mayores, centros comerciales, pero un barrio en el que, sobre todo, hemos pasado por muchas rotondas.

En nuestro siguiente capítulo vamos a terminar el distrito de Chamartín visitando el barrio de Castilla, que es barrio donde resido. Vamos a visitar la Estación de Chamartín, por supuesto, y . también hablaremos de un par de colegios importantes y de otro par de instituciones que merecen ser nombradas. ¡Permaneced atentos y nos vemos muy pronto en las calles del barrio de Castilla!

Todas las fotos del recorrido fotográfico por el barrio de Nueva España:

Todos los días una nueva foto en color del proyecto en Instagram. JMPhotographia en las redes sociales:

1 comentario en “[Cap. 44] Conociendo mi ciudad: Nueva España (Chamartín)”

  1. JMPhotographia

    Si tenéis alguna información, matización o corrección que hacer, podéis dejar un comentario. Muchas gracias.

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