[Cap. 48] Conociendo mi ciudad: Cuatro Caminos (Tetuán) 2ª parte

El barrio de Cuatro Caminos contiene muchas cosas que merecen ser contempladas y comentadas, por eso decidimos partir el capítulo dedicado a este barrio y hacer dos capítulos. Tras visitar en el anterior capítulo la zona de la calle de Bravo Murillo, la zona de la calle de Raimundo Fernández Villaverde y la zona de AZCA, volvemos ahora con la segunda parte en la que vamos a seguir conociendo este barrio. Nos habíamos quedado en la plaza de Lima, frente a Torre Europa. Prosigamos desde ahí.

Frente a Torre Europa, pero al otro lado de la Avenida del General Perón, está el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid, al menos uno de los dos que hay, el más antiguo, -el otro, IFEMA, está en el Campo de las Naciones-, muy reconocible por su frontón pintado por Joan Miró. Fue inaugurado en 1970 y ha albergado actos y actividades que han entrado ya en la historia, como numerosos recuentos electorales de las elecciones generales, cuando fue el centro de datos del Mundial de fútbol de 1982 o la última reunión de la OSCE que culminó en la caída del Muro de Berlín.

Palacio de Congresos y exposiciones - ©JMPhotographia

En su interior este centro congresual cuenta con varias salas, en concreto 10, que tienen una capacidad que va desde las 90 personas hasta las 995 personas que caben en el auditorio, aunque este es realmente muy ampliable, si es necesario. Como espacio de exposiciones cuenta también entre salas y vestíbulos con un amplio espacio para la organización de muestras y exposiciones. Todas estas dependencias tienen los últimos avances tecnológicos para realizar traducciones simultáneas, comunicaciones, servicios y controles de seguridad, etc.

Lamentablemente, desde 2012 permanece cerrado y toda su actividad está suspendida debido a unas obras de remodelación para asegurar la seguridad y el cumplimiento de la normativa. A pesar de ello, el edificio ha caído en una especie de olvido por parte del Estado y no ha sido hasta hace muy poco que el Gobierno se ha decidido, por fin, a licitar a empresas interesadas la gestión durante 40 años del edificio. Así, la empresa que se haga con la licitación tendrá que hacerse cargo de los gastos de rehabilitación, pero dispondrá de un edificio de 40 mil metros cuadrados para realizar eventos de gran fuste. La idea que se tenía antes de esto era bien diferente, ya que consistía en ceder el espacio al otro Palacio de Congresos de Madrid, es decir, a Ifema, por una parte, y en servir de sede para la Organización Mundial del Turismo, de la ONU, por otra, cosa que, a día de hoy, todavía está en estudio.

En la Plaza de Joan Miró, -que está justo frente al Palacio de Congresos y Exposiciones-, hay un monumento que homenajea la figura del Mahatma Gandhi. Este monumento fue inaugurado por la Reina Sofía en 2013 con motivo del centésimo cuadragésimo tercer año del nacimiento de Gandhi. Se trata de una estatua en bronce a tamaño real que tiene un peso de 360 kilos y que representa a Gandhi de pie y realizando su “Marcha de la sal” de 1930.

Monumento a Mahatma Gandhi - ©JMPhotographia

Es obra de un escultor hindú llamado Ram Vanji Sutar y llegó en forma de regalo del gobierno de la India a la ciudad de Madrid. He leído por ahí que la estatua no tenía las tan características gafas que usaba Gandhi porque en algún momento algún vándalo se las llevó o las rompió y que el ayuntamiento no consideró oportuno reponerlas en el monumento. Sin embargo, al revisar mi fotografía, podemos comprobar que las gafas están ahí, como que particularmente me parece muy bien.

Por la Avenida del General Perón hacia el oeste nos dirigimos hasta la calle de Orense, que tomamos a nuestra izquierda para dirigirnos al sur. La calle de Orense es una vía eminentemente comercial. A pesar de que hay edificios residenciales, la mayor parte de los inmuebles corresponden a empresas que albergan en sus bajos tiendas. Normalmente estas tiendas son establecimientos de marcas de ropa muy conocida como H&M, Mango, Intimissimi o Massimo Dutti. También hay una Casa del Libro, restaurantes y alguna que otra discoteca. La calle de hoy, que es totalmente recta con sentido norte-sur, no era así a principios del siglo XX, ya que en el mapa de Facundo Cañada de 1900 aparece con un trazado mucho más sinuoso entre huertas y edificaciones aisladas.

Calle de Orense - ©JMPhotographia

Durante la llamada “Movida Madrileña” la calle de Orense fue un centro significativo de ocio para los jóvenes pijos de la época, y un poco más recientemente, las discotecas allí presentes fueron causa de peores noticias por producirse altercados y reyertas con resultados fatales en alguna ocasión.

Dejamos la calle de Orense usando la calle de Hernani para tomar la calle paralela a la de Orense, que se llama calle de Edgar Neville y que antes fue la calle del General Moscardó. Con esta calle vamos a volver a subir hacia el norte de nuevo hasta la Avenida del General Perón, pero antes tenemos que detenernos en dos puntos que vamos a encontrar en esta vía.

En primer lugar un iglesia, la Basílica Hispanoamericana de Nuestra Señora de la Merced. El autor de esta basílica es un amigo nuestro, uno de los arquitectos que ya hemos mencionado al menos una vez. En este caso, la autoría del edificio pertenece a Francisco Javier Sáenz de Oiza y a Luis Laorga Gutiérrez. Las obras se llevaron a término entre los años 1949 y 1965, y su culminación supuso dejar a la ciudad de Madrid con seis basílicas: las otras cinco son las de Jesús de Medinaceli, de San Francisco el Grande, la Pontificia de San Miguel, la de Nuestra Señora de Atocha y la de la Milagrosa, que es la única que todavía no hemos visitado en Conociendo mi ciudad.

Parroquia Hispanoamericana de la Merced - ©JMPhotographia

Los arquitectos trataron en este caso de proyectar una iglesia inspirada en la arquitectura hispanoamericana, pero usando un lenguaje visual moderno y sencillo. Tiene planta de cruz latina convencional, con una nave central acompañada por dos naves laterales. Dos torres iban a edificarse en el exterior, pero nunca llegaron a construirse, así como una gran cúpula que tampoco llegó a ser tal. Bajo la iglesia hay una cripta y detrás de la iglesia hay otro edificio con un convento y dependencias de la parroquia.

En segundo lugar, un poco más arriba y en la otra acera, el Colegio Patrocinio de San José. Se trata de un colegio concertado religioso, mixto y de carácter bilingüe que cuenta actualmente con 1.583 alumnos y 95 profesores. Tiene comedor con cocina propia, una escuela de música, un club deportivo y pizarras digitales, que para alguien con mi edad es algo que suena totalmente a futurístico.

El colegio tuvo su origen en dos pisos de la calle de Santo Domingo, justo al terminar la Guerra Civil, en 1939. En aquellos dos pisos se acogió a noventa niñas procedentes de La Coruña que siendo huérfanas y habiendo sido desplazadas durante la guerra fueron amparadas por los Patronatos de Médicos y Hacienda.

Colegio Patrocinio de San José - ©JMPhotographia

Un año más tarde el colegio se trasladó a la calle de Raimundo Fernández Villaverse. Estar en un colegio “de verdad” ayudó a que la institución comenzara a crecer, multiplicándose el número de alumnas y alcanzando ya en 1941 las 430 alumnas. El número de religiosas que atendían a las niñas aumentó en la misma proporción. En 1967 el número de alumnos ya superaba los mil, por lo que un año después, para el curso 1968/1969, el centro se mudó a otro nuevo lugar en el número 24 de la calle del General Moscardó, que es su emplazamiento actual, con el ya indicado cambio de nombre de calle. El nuevo centro propició un nuevo aumento del alumnado, del profesorado y de los servicios prestados a la sociedad.

La Avenida del General Perón es una calle ancha y corta que une el principio de la calle de la Infanta Mercedes con el Paseo de la Castellana en la Plaza de Lima. Justo en la parte en la que andamos nosotros hay un espacio amplio en la acera norte en la que hay una zona de juegos y unos jardincillos que suelen estar bastante llenos de gente. Desde allí parte hacia el norte otra vía con un bulevar central que toma el nombre de Avenida del Presidente Carmona. Caminando por allí se ve que la calle está cortada por una iglesia justo al fondo, hasta donde nuestros ojos pueden ver, pero no vamos a llegarnos allí todavía.

Giramos antes a la izquierda por la calle de Fortunata y Jacinta y nos encontramos con el Teatro Gran Maestre que, a diferencia de lo que dice su nombre, no es un teatro, sino una discoteca o, en su defecto, una sala de espectáculos. El nombre de teatro tampoco es injusto, ya que la sala tiene dos plateas a diferentes alturas y recuerda en todo a lo que se supone que es un teatro clásico.

Cruzamos ahora la calle de la Infanta Mercedes, tomamos la calle de Manuel Luna y giramos a la derecha por la calle de Lérida. En la siguiente intersección está, en la calle de la Coruña, el Museo Tiflológico de la ONCE. Este museo, inaugurado en 1992, es un espacio cultural en el que se exponen obras artísticas que se hacen perceptibles a través del tacto. Es, por tanto, un museo específico para personas ciegas (τυφλός ‘typhlós’ es “ciego”, en griego) en las que se pueden tocar todas las piezas expuestas para poder percibir el arte a través del tacto. Entre sus obras tienen, por ejemplo, una colección de monumentos nacionales e internacionales.

En este punto vi unos carteles que anunciaban un mercado municipal que yo no tenía en mi itinerario. Así que, como estaba muy cerca, decidí acercarme al Mercado Municipal de San Enrique. Allí, la verdad, tuve una escena desagradable con un trabajador de la primera tienda que hay al lado de la puerta de entrada. Hice la única foto que saqué y se me encaró aquella persona preguntándome con tono chulesco que a quién había pedido permiso para hacer aquella foto. El tono lo fue todo, e hizo que yo me encarara y le dijera que no necesitaba permiso para hacer fotos en un sitio público. No quise más rollos, así que me marché. Por lo que llegué a ver, el Mercado Municipal de San Enrique es bastante modesto. No puedo decir más, cuando un tonto intenta impresionar a una mujer poniéndose chulo como si fuera el dueño del mercado no hay mucho más que hacer si uno no quiere montar una escena.

Desde la calle de San Enrique, hacia el oeste, volvemos a cruzar la calle de la Infanta Mercedes y llegamos a aquella iglesia que veíamos desde lo lejos en la Avenida del Presidente Carmona. Estamos hablando de la Parroquia de Santa María Micaela y de San Enrique, situada en la Plaza de San Amaro. Esta iglesia se creó en el año 1941, pero no estaba en el edificio grande que la acoge hoy, sino en una pequeñita iglesia, cerca de allí, pero más cerca aún del Museo Tiflológico de la ONCE que recién hemos visitado. No fue hasta los años 50 que se proyectó la realización de un templo más grande, algo que finalmente se hizo realidad en 1964, aquí en la Plaza de San Amaro.

Parroquia de Santa Micaela y de San Enrique - ©JMPhotographia

Esta parroquia tiene una nave bastante grande que cuenta con una longitud de 50 metros y una altura de otros 50 metros. Puede acoger a aproximadamente 600 personas sentadas. La arquitectura empleada en ella es sencilla, líneas rectas, grandes escalinatas de acceso al pórtico, dos torres laterales y mucho ladrillo. Como se puede entender por su nombre, se trata de una parroquia que en realidad son dos parroquias, es una parroquia doble, si bien sirve de centro espiritual para una tercera comunidad, la paraguaya, ya que en su interior guarda una talla de Nuestra Señora de Caacupé, patrona y madre del Paraguay.

Continuamos por la calle de Pedro Teixeira hacia el este para tomar otra vez la calle de Orense hacia el sur, es decir, a nuestra derecha. Nuestro objetivo es tomar a nuestra izquierda la Avenida de Brasil. Esta calle está un poco por todas partes en esta zona. Es ese tipo de calle que está partida y repartida por varias lugares, una calle rara, en definitiva. La Avenida de Brasil siempre ha sido, por lo menos para mí, una zona de ocio donde hay bares, garitos, pubs y otros locales de esparcimiento, incluida una pista deportiva.

Zona peatonal en la Avenida del Brasil - ©JMPhotographia

Volvemos a la calle de Pedro Teixeira para afrontar la parte final de nuestro recorrido por el barrio de Cuatro Caminos. A nuestra derecha, es decir, hacia el sur del Paseo de la Castellana, está la Plaza de Manolete, pero me encontré con que es otra de esas calles/plazas que están cerradas con una verja y un telefonillo. No pude entrar, por tanto, así que poco puedo contar de una urbanización privada que tampoco debe tener mucho de lo que hablar.

Hacia el norte, al otro lado de la calle de Pedro Teixeira, está el edificio del Ministerio de Defensa, que es el punto final de nuestro recorrido de hoy. El Ministerio de Defensa es el departamento de la Administración General del Estado al que le corresponde la preparación, el desarrollo y la ejecución de la política de Defensa que determina el Gobierno de España y la gestión de la administración militar. Este ministerio fue creado en 1977 por el primer gobierno democrático de Adolfo Suárez tras fusionar los anteriores ministerios existentes, es decir los Ministerios del Ejército, de la Marina y del Aire. Como curiosidad, es el único de todos los ministerios que ha conservado su nombre desde su origen de manera inalterada.

Ministerio de Defensa - ©JMPhotographia

Dentro del amparo del Ministerio de Defensa están las Fuerzas Armadas, la Secretaría de Estado de Defensa, la Subsecretaría de Defensa, la Secretaría General de Política de Defensa, el Centro Nacional de Inteligencia y la Dirección de Comunicación Institucional de la Defensa. Por otra parte, entre sus órganos internos debemos destacar el Consejo Superior del Ejército de Tierra, el Consejo Superior de la Armada, el Consejo Superior del Ejército del Aire y las Juntas Superiores de los cuerpos comunes de las Fuerzas Armadas.

Respecto al edificio que alberga el Ministerio de Defensa hay que decir que es bastante nuevo, ya que el Ministerio de Defensa estuvo sus primeros años repartido entre el Cuartel General del Ejército y el Cuartel General del Ejército del Aire, y no fue hasta 1981 que se decidió juntar las dos sedes en una única sede.

Pues ya está, hemos terminado nuestro recorrido fotográfico por el barrio de Cuatro Caminos. La calle de Orense, con el permiso de AZCA y de la calle de Bravo Murillo, es también una vía neural para este barrio. Una calle comercial, donde la moda ocupa un papel importante y que, debido a la altura de los edificios circundantes, no tiene nada que envidiar a zonas comerciales de otras ciudades como Toronto, Filadelfia, Milán o Pittsburgh. En este capítulo nos hemos alejado de los edificios de oficinas y hemos conocido un espacio que podríamos llamar “de transición” entre la zona de AZCA y la zona que marca la actividad comercial de la calle de Bravo Murillo.

En el siguiente capítulo seguiremos nuestro camino hacia el norte para conocer el barrio de Castillejos, un barrio que quiere continuar la faceta comercial del barrio de Cuatro Caminos y que también es sede de edificios altos y de empresas y organismos de gran fuste. Un barrio vertebrado por dos grandes calles exteriores: Bravo Murillo y la Castellana; y por dos calles interiores: Sor Ángela de la Cruz e Infanta Mercedes. Visitaremos dos sedes de juzgados y dos sedes de organismos gubernamentales, un polideportivo y dos restaurantes vascos que conoce todo el mundo. ¿Nos vemos en Castillejos?

Todas las fotos de la segunda parte del recorrido fotográfico por el barrio de Cuatro Caminos:

Todos los días una nueva foto en color del proyecto en Instagram. JMPhotographia en las redes sociales:

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