[Cap. 22] Conociendo mi ciudad: Barrio de Adelfas (Retiro)

Vamos a recorrer un barrio pequeño, el de Adelfas, situado en el extremo suroriental del distrito de Retiro. Encontramos que el barrio de Adelfas está delimitado por la Avenida del Mediterráneo por el norte; por la autopista de circunvalación M-30 por el este; por la calle del Cerro de la Plata por el sur; y finalmente por la calle del Doctor Esquerdo por el oeste.

Al igual que sucede en el barrio de Pacífico que vimos en el capítulo anterior, la población del barrio de Adelfas es también muy joven. En 2006 la población del barrio era de poco menos de 17 mil personas.

Anticipo que este va a ser un capítulo bastante breve, ya que únicamente vamos a visitar 5 puntos de interés. Comenzamos el recorrido en el lugar donde terminamos el capítulo anterior, es decir, en el polideportivo Daoiz y Velarde, situado junto a la Avenida de la Ciudad de Barcelona. Salimos del lateral de dicho polideportivo dando con nuestros pies a la Calle del Alberche, que recorremos en dirección norte para volver a la Avenida de la Ciudad de Barcelona. Una vez allí nos dirigimos en dirección sureste hasta el cruce con la calle del Doctor Esquerdo. Es justamente ahí donde comienza el barrio de Adelfas.

Justo en ese punto hay un paso elevado, ya que la parte central de la calle del Doctor Esquerdo no tiene conexión con la Avenida de la Ciudad de Barcelona. El espacio que queda justo debajo del paso elevado está aprovechado para diferentes usos deportivos, ya que hay unas pistas deportivas siempre frecuentadas por jóvenes. Y al otro lado está nuestro primer punto de interés: la Sede Central de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT).

Sede Central de la EMT - ©JMPhotographia

Como todos sabéis, la EMT es una empresa pública que gestiona el transporte público de superficie de la ciudad de Madrid y, como tal, pertenece al Ayuntamiento de Madrid. Su año de creación fue 1947, año en el que se finiquitó la antigua Empresa Mixta de Transportes. Actualmente presta servicios regulares de autobuses, si bien históricamente también fue la encargada de los servicios de trolebuses y de tranvías. Y si no estoy mal informado, próximamente operará un servicio que no es de superficie, concretamente el del teleférico de la ciudad.

Actualmente opera bajo la autoridad del Consorcio Regional de Transportes de Madrid, creado en 1985 para gestionar todos los medios de transporte público de la Comunidad de Madrid. La EMT tiene una flota de casi 2.100 autobuses y 209 líneas. En los últimos tiempos esta empresa se ha preocupado notablemente por el medio ambiente incorporando a sus líneas autobuses que emplean energías alternativas como el gas natural comprimido, el biodiésel, el hidrógeno, el bioetanol, etc.

La EMT cuenta con 5 centros de operaciones situados en Fuencarral -curiosamente a menos de 150 metros de mi casa-, en La Elipa, en Entrevías, en Carabanchel y en Sanchinarro. En cuanto a la sede central que nos ocupa, acaba o está a punto de cumplir 15 años. Fue diseñada por el estudio Cano Lasso con una estructura-puente apoyada sobre dos núcleos de hormigón dispuestos de forma asimétrica respecto al centro de gravedad del edificio y separados 53 metros entre sí. Los forjados se descuelgan de la estructura-puente gracias a esbeltas barras de acero traccionadas liberando completamente la planta baja y fomentando la permeabilidad del propio edificio.

Tras rodear el edificio por el sur y volver a la Avenida de la Ciudad de Barcelona por la calle del Cerro de la Plata, me dirigí de nuevo en dirección sureste hasta llegar a otro paso elevado sobre la calle, en esta ocasión es la M-30 la que cruza en forma de paso elevado la Avenida de la Ciudad de Barcelona, que al otro lado de la autopista cambia de nombre y pasa a llamarse Avenida de la Albufera.

Antes de cruzar la M-30, -cosa que no nos toca en este capítulo-, encontramos el Parque de Martin Luther King, un parque alargado hacia el norte entre la autopista y la calle de Arregui y Aruej. Este parque no tiene nada fuera de lo común de lo que puede tener cualquier otro parte, salvo que es el único lugar donde he visto campos de fútbol en miniatura, obviamente pensados para el desempeño de algo tan raro hoy en día como el fútbol-chapas. Cuando yo pasé por ahí se me hizo obvio que hacía muchísimo tiempo que ningún niño había jugado en esos campos a algo que se pueda parecer al fútbol-chapas. Una pena.

Parque de Martin Luther King - ©JMPhotographia

Siguiendo en dirección norte llegamos en seguida al comienzo de una estructura que va subiendo hasta convertirse en una pasarela sobre la M-30, con bonitas vistas, por cierto.

La M-30 desde una pasarela - ©JMPhotographia

Seguimos un poco más por la calle de Arregui y Aruaj en dirección norte hasta llegar a una calle que ya conocemos del capítulo anterior, la calle de Valdearribas, que usé para volver en dirección noreste hacia la calle del Doctor Esquerdo. Una calle antes está la calle de las Adelfas, que supongo que tiene algo que ver con el nombre del barrio, ¿no? En esa calle encontramos la Biblioteca Pública Elena Fortún.

Biblioteca Pública Elena Fortún - ©JMPhotographia

Esta biblioteca fue inaugurada en 1990 en un solar anteriormente destinado a usos industriales y pertenece a la Red de Bibliotecas Públicas de las Comunidad de Madrid. Fue diseñada por el arquitecto Miguel Ángel Verdaguer. No es una biblioteca precisamente pequeña, ya que tiene 175 puestos de lectura y 15 para el uso de internet. Además desarrolla muchas otras actividades a lo largo del año, como talleres, cursos, espectáculos de cuentacuentos, exposiciones, etc. Una particularidad de esta biblioteca es que cuenta con un horario bastante extenso que, en época de exámenes, se extiende todavía aún más.

El nombre de la biblioteca es un homenaje a la escritora madrileña Elena Fortún, cuyo nombre real era María de la Encarnación Gertrudis Jacoba Aragoneses y de Urquijo, dedicada a la literatura infantil y juvenil y célebre sobre todo por ser autora del personaje de Celia.

A través de la calle de Garibay y después de la calle de Luis Mitjans llegué a una calle que no sé muy bien si tiene nombre, pero que es muy conocida y frecuentada por mi yo-conductor. Es concretamente la calle por la que los coches que salen de la M-30 acceden a la Plaza del Conde de Casal. Al otro lado de esta calle la continuación natural de nuestro camino se llama calle de Federico Moreno Torroba. Al final de esa calle está la sede del Organismo Autónomo Madrid Salud, un edificio muy característico por tener una especie de atalaya en su parte superior y que es una vista muy recurrente en los trayectos de muchos madrileños por la M-30.

Se trata de un organismo perteneciente al Ayuntamiento de Madrid que fue creado en 2005 para gestionar las políticas municipales relativas a la salud pública, la drogodependencia y otros trastornos adictivos. Este organismo también se encarga de la gestión del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Ayuntamiento de Madrid.

Sede del Organismo Autónomo Madrid Salud - ©JMPhotographia

Siguiendo por la continuación natural de la calle, que gira a la izquierda, llegamos a la Plaza del Conde de Casal, que será el fin de nuestro recorrido en el día de hoy. La Plaza del Conde de Casal se encuentra en el punto en el que se cruzan la Avenida del Mediterráneo y la calle del Doctor Esquerdo. Una tercera calle desemboca en la plaza, y ya hemos hablado de ella hace un momento. Hablo de la calle que sirve de acceso a la plaza a los coches que salen de la M-30 y que no estoy seguro de que tenga nombre, aunque mi suposición es que sí lo tiene. (Después de una dura investigación he sabido que se llama calle de Carlos y Guillermo Fernández Shaw).

Y ahora viene el despeje de mis dudas expresadas al final del capítulo anterior. ¿Quién era el Conde de Casal? Pues venga, a por ello. El Conde de Casal a quien se dedicó la plaza se llamaba Manuel Escrivá de Romaní y de la Quintana, nacido y muerto en Madrid. Vivió su vida entre 1871 y 1954 y fue académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y político. Fue el primer marqués de Alginet y el décimo conde de Casal. Fue senador en dos periodos, entre 1914 y 1915 y entre 1918 y 1923, por la provincia de Toledo. Por lo que respecta a Madrid, fue concejal y primer teniente de alcalde del ayuntamiento durante el franquismo entre 1946 y 1949. La plaza lleva su nombre desde el mismo año de su muerte, 1954, ya que anteriormente recibía el nombre de Plaza del Marqués de Cerralbo.

El edificio más emblemático del entorno de la plaza es el Hotel Claridge, que hace pocos años ha sido reacondicionado por completo. El edificio fue inaugurado en 1967 y no ganó su cuarta estrella hasta sufrir su reciente remodelación. El Claridge cuenta con un total de 15 plantas y unas vistas que son impresionantes, según cuenta Luis Celemín, actual director del hotel. El número de habitaciones ha disminuido, de 150 a 114, para lograr una mayor comodidad de los huéspedes. La remodelación costó 12 millones de euros y fue efectuada por el arquitecto Carlos Sánchez, que lo ha dotado de salones de convenciones y reuniones de empresa, convirtiendo al hotel en una referencia para ejecutivos de alto poder adquisitivo.

Hotel Claridge - ©JMPhotographia

Y aquí terminamos nuestro paseo por el barrio de Adelfas. Un recorrido corto, con pocos puntos de interés, pero necesario, si queremos hacer un paseo total y completo por la ciudad.

El barrio de Adelfas es la prolongación natural del barrio de Pacífico. Tanto es así que hace tiempo, juntos, formaban un único barrio llamado Pacífico y que llegaba desde la Estación de Atocha hasta Vallecas.

En nuestro siguiente capítulo visitaremos el barrio de la Estrella, situado justo al norte del barrio de Adelfas. En este barrio visitaremos el Parque de Roma, la Escuela Superior de Aeronáutica y otros puntos de interés.

Fotos del recorrido fotográfico por el barrio de Adelfas:

Todos los días una nueva foto en color del proyecto en Instagram. JMPhotographia en las redes sociales:

 

1 comentario en “[Cap. 22] Conociendo mi ciudad: Barrio de Adelfas (Retiro)”

  1. Me ha sabido a poco la descripción de este barrio, por cuyas calles ocurrieron mis primeras andanzas vitales. He echado de menos menciones a la Fundación Catalina Suárez o al colegio nacional Joaquín Calvo Sotelo, que permanecen como testigos del pasado de esta zona madrileña hoy tan remozada.

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