6 días en la Feria de Guadalajara con El Jardín de María

Guadalajara es una ciudad que conozco y que aprecio. Hace hoy poco más de un año ya tuve la oportunidad de conocerla un poco con motivo de mi estancia allí de un par de días. Curiosamente estaba en un desempeño exactamente igual, aunque menos dilatado en el tiempo.

Cuando llega el mes de septiembre, -a veces sin menguar ni un ápice el calor veraniego-, tiene lugar la Feria de Guadalajara. Y este año, como el anterior, el restaurante Strómboli y la Fundación NIPACE invitaron a El Jardín de María a adueñarse del templete o kiosko del Parque de la Concordia para amenizar y poner un toque musical y de diversión en el vermú solidario que todos los años montan restaurante y fundación.

Belinda y otros trabajadores del restaurante Strómboli - ©JMPhotographia

Y no debió dejar a nadie indiferente los dos días que actuó en la Feria del año pasado El Jardín de María ni el Karaoke Mágico a cargo de David Hurtado, pues este año han vuelto… y por más días. Al final, por una cosa o por otra, han sido seis días los que hemos pasado en el Parque de la Concordia, de 12 a 18, y a veces hasta más tarde.

Pero como yo ni canto ni toco instrumentos ni animo el karaoke siempre encuentro algún motivo para dar un largo paseo y explorar horizontes fotográficos. Así que dediqué buena parte de esos seis días a visitar varios sitios y varias actividades de la Feria de Guadalajara.

Lunes 10 de septiembre de 2018

El lunes fue el día de la toma de contacto. El sábado anterior habíamos estado ya en Guadalajara gozando de la hospitalidad de Monchi y Susa, nuestros amigos de Guadalajara que siempre nos aguantan, soportan y dan cobijo. Habíamos estado allí ofreciendo un concierto sorpresa para una reunión de viudas y divorciadas. No se lo esperaban. Aprovechamos ese evento para dejar allí equipo e instrumentos, por lo que lo primero que hicimos el lunes fue recoger todo, montarlo en el coche, y llegarnos al Parque de la Concordia. Ese lunes tuvo lugar un concierto de El Jardín de María.

Primera actuación de El Jardín de María - ©JMPhotographia

Quiso la casualidad que, durante la prueba de sonido, estuviera por allí grabando unas tomas una cámara de la delegación de Castilla-La Mancha de RTVE. Por la noche vimos en internet la pieza grabada, -os la enseñaría pero parece ser que cmmedia.es borra los enlaces- y descubrimos que tanto Carlos como David como yo mismo salíamos. Casi famosos…

Yo, por mi parte, hice un pequeño viaje de exploración por la calle de San Roque, el Paseo de San Roque, el Parque de San Roque y, finalmente, visité el Panteón de la Duquesa de Sevillano. Aunque ya lo visité el año pasado, el panteón es un objeto arquitectónico destacable y siempre es visitable. En esta ocasión, sin embargo, descubrí que estaba rodeado de andamios.

Aquel primer día yo estaba muy cansado, tenía mucho sueño por no haber dormido excesivamente bien la noche anterior. A las 5 de la tarde, sin comer, -ya que ninguno de nosotros comió ese día-, me di un paseíto hasta la casa de Monchi y Susa. Por la noche, tras dejar el equipo en el restaurante y volver a nuestra guarida guadalajareña, supimos que una amiga iba a acompañarnos durante toda la semana. Y así apareció Sherezade.

Martes 11 de septiembre de 2018

El martes supuso otro concierto de El Jardín de María y su correspondiente posterior Karaoke Mágico.

Segunda actuación de El Jardín de María - ©JMPhotographia

Después del concierto tuvimos Karaoke Mágico con David Hurtado. Y después del Karaoke algo muy especial en todas las Ferias: el concurso y fallo del concurso de charangas de Guadalajara. No os puedo decir quién gano, pero el público gritó “tongo”, supongo que como en todas las ocasiones en todos los lugares en los que se celebran estas cosas. Nadie está de acuerdo nunca.

Yo aproveché un momento para acercarme al Parque de San Roque a ver cómo iba eso de la Paella Solidaria que había visto en el Programa de las Fiestas la noche anterior. Y lo que vi fue un gran gentío haciendo cola para obtener su ración de paella. Me acerqué al lugar donde se había elaborado la paella y pregunté por el tiempo de espera en cola aproximado. La respuesta fue… más de dos horas. Y es que la cola era verdaderamente kilométrica.

Paella Solidaria - ©JMPhotographia
Miércoles 12 de septiembre de 2018

Sabiano y los Invisibles fue el “grupo” que tomó posesión del templete del Parque de la Concordia el miércoles. Escribo “grupo” entre comillas porque, en realidad, es una sóla persona. Sabiano es un tributo muy sui géneris de las canciones de Joaquín Sabina. Y digo “sui géneris” porque todo lo hace él solo, ya que tiene como únicos acompañantes, las secuencias pregrabadas que dispara desde un ordenador portátil.

Actuación de Sabiano y los Invisibles - ©JMPhotographia

Sabiano también nos deleitó con las canciones de Sabina y de otros el año pasado. Tiene un gran repertorio y se casca conciertos de más de dos horas, supongo que porque le apetece. No desentona a la hora del vermú, cumple con su cometido como un reloj suizo, y anima al respetable con sus anécdotas sobre Sabina y las explicaciones que da a todas las canciones que está a punto de ejecutar.

Después de Sabiano David tomó el relevo con su Karaoke Mágico, pero antes actuó un grupo de rock, un power trío que también repasó buena parte de las canciones de rock internacional. El Karaoke Mágico estuvo muy animado, aunque desgraciadamente no pudo durar mucho tampoco. Pero fue muy intenso.

Karaoke Mágico - ©JMPhotographia

Justo antes de comer me di la vuelta más larga que me iba a dar en toda la semana. Me fui a ver el río Henares, un río que, por cierto, estaba totalmente teñido de color marrón debido al impresionante chaparrón que calló la madrugada anterior. Para llegar al río tuvo que recorrer el Paseo de la Estación, y después volví callejeando por las calles más antiguas de Guadalajara, visitando el Palacio del Infantado, la Playa Mayor donde yace el Ayuntamiento y toda la calle Mayor que va a desembocar a la Plaza de Santo Domingo, enfrente de la cual se halla la Parroquia de San Ginés, ya muy cerca del Parque de la Concordia.

Jueves 13 de septiembre de 2018

El jueves me desperté pronto, demasiado, para asistir a una cosa a la que nunca había asistido: un encierro de toros. El tema de los toros no es lo mío, ya que no me gusta el maltrato animal y tampoco la crueldad ejercida contra animales que no tienen las mismas armas que quienes los atacan. Sin embargo, creí que fotográficamente sería interesante acudir a verlo, y humanamente también me resultaba atrayente, ¿por qué no decirlo?

El final del encierro - ©JMPhotographia

Así que fui con Susa, su hija Laura y Sherezade a vivir el momento. Pasados unos minutos de las 8 de la mañana se lanzó un cohete desde el centro de la plaza. Luego otro, y no sé si un tercero. Eso desató la carrera de los toros desde una rotonda que hay no lejos del propio Parque de la Concordia. Al ser el primero de los cuatro encierros programados no era mucha la gente congregaba para acompañar a los toros. Todo fue muy rápido. En un abrir y cerrar de ojos los toros se plantaron en la plaza acompañados de los cabestros. Y en otro abrir y cerrar de ojos los toros desaparecieron de la vista. Fue entonces cuando me reubiqué en la plaza para asistir a la suelta de vaquillas.

Y se produjo aquello. Salió una vaquilla a la que estaban esperando los recortadores. Chavales muy jóvenes, debo decirlo. Según me dijeron, el espectáculo no fue muy lucido. La segunda vaquilla entretuvo más, no por el juego que dio sino por no querer salir de la plaza. No conté cuántas veces tuvieron que sacar los pastores a los cabestros para llevarse a la vaquilla, pero pasaron con creces de diez. La vaquilla estaba obcecada en torear ella a toda la plaza. Al final, los muchachos y los pastores tuvieron que coger a la vaquilla por los cuernos y por el rabo y sacarla de la plaza. ante los sulvidos e insultos de algunos asistentes. Me resultó curioso ver aquello: la gente se quejaba por ejercer un mínimo de violencia sobre una vaquilla. Allí no había bárbaros, por la tarde no lo sé.

Suelta de vaquillas - ©JMPhotographia

En todo el momento que estuve en la plaza no vi ni un sólo momento de maltrato animal, es más, vi un respeto por los animales que jamás me hubiera imaginado. No asistiría nunca a una corrida de toros o a un espectáculo de toros ensogados o embolados; pero descubrí, contra lo que me esperaba, que aquello era una fiesta normal, llena de alegría, música y risas, una expresión colectiva de carácter urbano. No sé si aquello es cultura, pero desde luego no es barbarie. Al menos eso no.

A las 13 hubo concierto de El Jardín de María, el tercero y último de los que se habían programado, y después volvió a actuar Sabiano con sus Invisibles. De nuevo vinieron a vernos Cristina Oro y Luna, que ya nos habían visitado la tarde del martes. Tras el concierto, y mientras se desarrollaba el Karaoke Mágico, tuve la oportunidad de deleitarme haciendo fotos a los niños divirtiéndose con la espuma que un cañón les lanzaba y que logró teñir casi todo el parque de color blanco. Los niños se lo pasaron en grande… y algunos adultos también.

Espuma por todos lados - ©JMPhotographia

Viernes 14 de septiembre de 2018

Sabiano dio su tercer recital el viernes, y después de él Estudio 80, un grupo que realiza versiones de las canciones más conocidas del pop español mayoritariamente. Tras ellos, y con ellos, David montó su Karaoke Mágico una vez más, y sería ya la última.

Actuación de Estudio 80 - ©JMPhotographia

Sábado 15 de septiembre de 2018

El sábado fue el día de Red House, o lo que queda de Red House, un pedazo de grupo de blues liderado por Jeff Espinoza y Francisco Simón, dos pedazos de músicos que se aprovecharon del equipo de El Jardín de María apoyados por parte de los altavoces del Strómboli y por los cuidados exquisitos de Carlos Moraleda, que actuó como ingeniero de sonido.

Actuación de Javier Matía - ©JMPhotographia

Antes de Red House cantó Javier Matía, un chico joven que ya actuó también el año pasado y que trae bastante clá, como se dice por ahí. Después de la rumbita vino el blues y el disfrute, ¡y cómo tocan Jeff Espinoza y Francisco Simón! El espectáculo que forman te trastorma y te transporta. Te quedas ensimismado escuchándolos. El concierto fue sencillamente genial. Toda una experiencia.

Y justo tras terminar Red House, coche, cargamento, y a otra cosa: en este caso otro bolo, ya que nos tocó amenizar una boda en Fuente el Saz del Jarama, ya en la provincia y Comunidad de Madrid. Por suerte el bolo aquel terminó pronto y pudimos irnos todos a nuestras casas a obtener nuestro merecido descanso. Lo necesitábamos.

Actuación de Red House - ©JMPhotographia

Fue una semana muy completa, llena de cosas, de trabajo, de emociones, de percances, de berrinches incluso. Todos aprendimos cosas y, en el fondo, a pesar del cansancio y de la intensidad de lo vivido, fue una semana que moló mucho. Tenemos que darle las gracias a Jaime del restaurante Strómboli y a Ramón de la Fundación NIPACE por el trato que nos dieron y por querer contar con nosotros para esta Feria de Guadalajara. Si el año que viene nos llaman seguro que acudiremos, porque ya lo estamos echando todo de menos.

Todas las fotos juntas de los seis días en Guadalajara:

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