Revelado digital: Cómo medir correctamente para tener una buena exposición en circunstancias de alto contraste

Estoy muy empeñado en conocer mi ciudad, pero esta semana no he podido completar el recorrido por el barrio de Justicia por los varios y continuos días de lluvia que ha tenido Madrid. No puedo publicar una entrada completa de la primera parte del recorrido por el barrio de Justicia, y por ello, hoy voy a escribir un poco sobre lo poco que puedo saber de técnica fotográfica desde un punto de vista muy relacionado con el posterior y necesario revelado digital.

El título que le he dado a esta publicación es un poco largo, debo admitirlo, pero no puedo explicar ni resumir con menos palabras lo que quiero tratar aquí. Antes de empezar tengo que hacer un par de puntualizaciones: la primera es que sé muy bien que muchos de los que puedan leer estas palabras ya se saben esto, está claro que esta información no es para ellos, sino para aquellos fotógrafos primerizos que quizá se encuentren algo frustrados con el resultado de algunas de sus fotos; la segunda es que todo lo que aquí desarrollaré sólo sirve con un nivel aceptable usando el formato RAW en nuestras cámaras o teléfonos móviles, puntualización que considero también importante.

Pero empecemos por lo más importante, explicar qué es lo que queremos explicar, y adelantemos que lo que vamos a explicar sirve para todas las situaciones a las que nos podemos enfrentar a la hora de hacer una foto, aunque en este caso vamos a centrarnos en situaciones algo más concretas. La cuestión básica es: cuando nos enfrentamos a una foto en la que estamos en la sombra pero en nuestro encuadre hay zonas de sol o de mucha más luz, ¿donde realizamos la medición para que no nos quede una foto muy oscura o muy quemada?

La situación a la que nos enfrentamos es una situación de alto contraste, y cada cámara va a resolverla de mejor o peor forma de acuerdo con la calidad de su sensor. Pero, venga, vamos a las cámaras. Una cámara con un sensor mejor tiene más rango dinámico, pero… ¿qué es esto del rango dinámico? Pues el rango dinámico de una cámara es la capacidad que tiene su sensor para captar detalles tanto en las sombras como en las altas luces, esto es, la capacidad para obtener información en las situaciones de alto contraste. Esta es mi explicación, seguro que hay otras mejores, más claras y con mejores palabras. Antes de terminar con las cámaras debemos añadir una cosa que no es poco importante, sino muy importante, como diría algún político: para cualquier cámara digital es más fácil recuperar información en las sombras que en las altas luces. Y esto es muy importante porque, si queremos exponer bien, va a condicionar nuestra forma de exponer las fotografías desde el momento en que lo aprendemos en adelante.

¿Pero qué significa para nosotros y para nuestras cámaras que la recuperación de la información sea más fácil en las sombras que en las altas luces? Pues muy sencillo, significa que lo mejor que podemos hacer a la hora de tomar nuestras fotografías es sobreexponer la imagen hasta un punto en el que posteriormente podamos bajar las altas luces en el postprocesado, sin pasarnos de ese punto, porque si lo sobrepasamos, la pérdida de información es totalmente irrecuperable. Por otra parte, la pérdida de información en las sombras se recupera mejor pero siempre irá acompañada de la aparición de ruido y es por esto, porque el ruido es mejor que la nada, que se recupera mejor la información en las sombras que en las altas luces.

Pero todavía no he dicho dónde hay que medir para conseguir una exposición óptima para nuestras fotografías de alto contraste. No os preocupéis, lo voy a decir: en la parte más clara del encuadre. El 90% de las veces que hacemos una foto en exteriores será el cielo, -bien esté despejado, con nubes o totalmente nublado-, pero no en todas, pues a veces tendremos mucha más luz en ladrillos a los que da directamente el sol, metales que reflejan la luz, etc.

Vamos a ver algunos ejemplos puesto que siempre es mejor explicar las cosas con ejemplos. He usado la medición puntual para todas las fotografías, ya que es el tipo de medición que utilizo siempre porque es la que mejor me funciona en todas las circunstancias. Todas las imágenes han sido reveladas con Lightroom, usando un revelado automático que sólamente hemos tocado para reducir las altas luces. El resto de parámetros son los que automáticamente nos ha dado el revelador.

EJEMPLO 1

1.Medición en el motivo que está en nuestra zona oscura

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Si medimos en el motivo que está en nuestra zona oscura el resultado es el que vemos en esta imagen. Lo más destacable, obviamente, es que el cielo está quemado y no hay ningún tipo de detalle en él. En esta imagen he bajado a (-100) las altas luces, pero ni así se puede conseguir información en el cielo. En esta situación y para esta foto, no podemos medir en el motivo.

2.Medición en la parte más clara del cielo

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Si medimos en el motivo que está en nuestra zona oscura el resultado es el que vemos en esta imagen. Lo más destacable, obviamente, es que el cielo está quemado y no hay ningún tipo de detalle en él. En esta imagen he bajado a (-100) las altas luces, pero ni así se puede conseguir información en el cielo. En esta situación y para esta foto, no podemos medir en el motivo.

3.Medición en la parte más clara del cielo sobreexponiendo un paso

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En este caso he medido igualmente en la parte más clara del cielo, pero en lugar de usar un tiempo de exposición de 1/4000, he sobreexpuesto usando un tiempo de 1/2000. A pesar de esta sobreexposición he recuperado fácilmente las luces altas bajándo sólo la mitad de lo que puedo (-50). Por otro lado, en las sombras, debido a la sobreexposicion, hay más información, por lo que el revelador puede subir más las sombras para sacar más información sin miedo a que aparezca ruido (+50).

La conclusión que podemos sacar con este grupo de tres fotografías debe ser muy simple. Es obvio que hay que medir en la parte más clara de la fotografía y no cagarnos de miedo al ver el resultado en la pantalla de nuestra cámara. Veremos un cielo bien expuesto y una zona oscura muy oscura. Pero no tengamos miedo, si sobreexponemos un poco podremos bajar las altas luces fácilmente y tendremos espacio suficiente para poder subir las sombras sin temor a la aparición excesiva de ruido.

Pero pasemos a otro ejemplo, en esta ocasión no estamos en una zona oscura, sino en un simple paisaje cualquiera. Vamos a ver las diferencias que podemos encontrar exponiendo al motivo, -donde vamos a poner el enfoque tambien-, y exponiendo a la parte más clara del encuadre, que en este caso vuelve a ser el cielo.

EJEMPLO 2

1.Medición en el motivo, concretamente en uno de los rascacielos

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En esta ocasión, la medición en el motivo no nos da una foto más o menos bien expuesta. Los motivos, es decir, los edificios, quedan muy bonitos de luz y en la parte de las altas luces obtenemos bastante información. Es una foto correcta, aceptable, y esto es así porque el contraste entre altas luces y sombras es muy pobre, ya que no hay sombras realmente oscuras. Sin embargo… vamos a la otra foto.

2.Medición en la parte más clara del cielo

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Midiendo en la parte más clara del cielo obtenermos más detalle aún en las altas luces. En esta toma sólo he bajado las altas luces (-62) mientras que en la foto anterior, para obtener el resultado que hemos visto se ha bajado todo lo que se puede (-100). Por otra parte, los motivos se ven menos lustrosos en esta fotografía porque no he subido las sombras de forma local. Si lo hubiera hecho, habría obtenido el mismo resultado en los edificios que en la foto anterior.

Gracias a este ejemplo de exposición volvemos a comprobar que midiendo en la parte más clara de nuestro encuadre obtenemos más información en las altas luces. En este caso no hemos tenido problemas al lidiar con las sombras porque no teníamos sombras muy oscuras que contrastaran fuertemente con las altas luces. Las dos fotos están aceptablemente expuestas, pero la última está mejor expuesta que la primera, y con las correcciones locales pertinentes sería considerada mejor fotografía por casi todos. Si bien, ya sé yo que hay tantas personas como gustos, y que seguramente a más de dos les guste la primera foto por encima de la segunda. En esto, como en otras cosas… la fotografía es así.

Quiero terminar con un tercer ejemplo que es totalmente diferente a los demás. Se trata de una foto en la que midiendo el motivo (en este caso, una pared de ladrillos decorados) y bajando las altas luces se obtiene una exposición aceptable habiendo cierto contraste entre luces altas y sombras.

EJEMPLO 3

1.Medición en el motivo, una pared de ladrillos

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Aquí tenemos lo que decía, he bajado las altas luces (-100) y he obtenido información en las altas luces, es decir, definición en las nubes. No siempre ocurre esto, la mayoría de las veces, como ha ocurrido en el primer ejemplo, -aunque es un ejemplo muy extremo-, nos quedaremos con cielos quemados.

2.Medición en el cielo

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Aquí hemos medido en la parte más clara de las nubes. La pared está más oscura porque no se han subido las sombras especialmente, solo (+16), aunque todavía tendría margen para hacerlo sin que apareciera algo de ruido.

3.Medición en el cielo sobreexponiendo un paso

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Aquí he medido en la parte más clara de las nubes pero sobreexponiendo un paso. El resultado en este caso es muy parecido a la toma anterior, pero, como ya he dicho antes, podríamos subir las sombras todavía más sin temor a la aparición de ruido en las sombras.

En este caso, el poder del sendor de la cámara nos ha permitido obtener buenas exposiciones tanto midiendo en la pared como midiendo en la parte más clara. Hay que destacar que cuando he medido en el motivo lo he hecho en la pared decorada y no en el punto con más sombras, que sería justo debajo del saliente situado a la derecha. Si hubiera medido ahí en lugar de donde lo he hecho, el resultado habría sido bastante diferente y más parecido al del ejemplo 1.

Para terminar, -que ya se está haciendo esto demasiado largo-, me gustaría que hayáis notado las bondades de hacer la medición de nuestras fotografías en las altas luces, es decir, en la parte más clara de nuestro encuadre utilizando la medición puntual de nuestras cámaras fotográficas. Si hacemos esto, no aseguraremos tener los cielos perfectamente expuestos, con detalle; si bien sólo la práctica, las situaciones y el sentido común nos llevarán al dominio de la exposición. Obviamente, a veces no nos vendrá bien medir en el cielo, por ejemplo cuando esté tan uniformemente nublado que no haya información ninguna en las nubes o cuando en nuestro encuadre la porción de cielo sea demasiado pequeña para merecer la pena hacerlo. Pero no obstante, por regla general, medir en el cielo nos reportará grandes beneficios en la calidad de nuestras fotografías. Decidme, ¿lo vais a probar?

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